miércoles, 14 de mayo de 2014

Cambiar nuestros patrones de pensamiento a través del coaching

Hablar de cambiar el pensamiento es hablar de reestructuración cognitiva. Es hablar de hacer consciente a nuestro cliente (coachee) de la irracionalidad de algunos de sus propios pensamientos que suponen un freno en el desarrollo de su carrera profesional. 

El coaching busca el éxito profesional del cliente a través de su autoconocimiento con la consiguiente potenciación de sus áreas fuertes y corrección de las áreas débiles en pos de la consecución de una meta. En ocasiones, el área débil se encuentra dentro del propio cliente, en su pensamiento, esto puede traducirse en comportamientos nada favorecedores para éste. Por tanto, los coaches debemos ser conscientes de que el cambio se inicia con el desarrollo de estrategias encaminadas a eliminar esos pensamientos y sustituirlos por otros más adecuados. Nuestro objetivo es guiar a nuestro cliente, en definitiva, a que adquiera el control de sus pensamientos, de sus emociones y de sus conductas.

Ante cualquier tipo de acontecimiento, las personas desarrollamos una serie de pensamientos, incluso sin ser consciente, a veces, de este hecho. Estos pensamientos, conocidos como pensamientos automáticos, nos generan determinadas emociones y como consecuencia directa generamos una conducta particular. Esta reflexión nos lleva al hecho de que no son los sucesos que tenemos en nuestra vida los que causan y determinan nuestras emociones y conductas, en ocasiones, inapropiadas, si no los pensamientos que generamos y la forma que tenemos, por supuesto, de interpretar dichos acontecimientos. Por lo tanto, a través de la identificación y modificación de los pensamientos automáticos conseguiremos el surgimiento de emociones y conductas más adaptativas en nuestro cliente.

El trabajo del coach consiste en retar al coachee a que cuestione sus propios pensamientos y ayudarle a que pueda ver otros pensamientos alternativos con los que reemplazar aquellos que no le favorecen en su desarrollo profesional. La mayoría de éstos suelen estar distorsionados y nuestro trabajo va encaminado a que sean sustituidos por otros más acordes con la realidad. Probablemente al principio de nuestro trabajo, el coachee no perciba los nuevos pensamientos tan reales como los antiguos, que aún siendo irracionales están fuertemente interiorizados, pero a medida que transcurra el tiempo, observará los beneficios que le reporta esa nueva forma de pensar.

Una opción que podemos proponer a nuestro coachee para que adquiera un pensamiento más racional es llevar un autorregistro con las situaciones que le generan los pensamientos desfavorecedores. Deberá anotar, igualmente, el pensamiento automático que elabora y, la potencia del ejercicio vendría en, elaborar una respuesta racional más adaptativa.

En la sesión podemos utilizar la pregunta poderosa para confrontar esos pensamientos automáticos y nada beneficiosos para nuestro cliente. 

Preguntas encaminadas a evaluar la lógica de esos pensamientos:
¿Dónde está la  evidencia de que eso es como él/ella se lo dice?
¿Puede probar lo que se está diciendo? 
¿De qué manera?
¿Son pruebas adecuadas? Etc.

Preguntas encaminadas a analizar a qué le conduce pensar así:
¿Le es rentable pensar de esa manera?
¿Qué consecuencias le genera pensar de esa manera? ¿Y pensar de otra forma?
Alimentando ese tipo de pensamientos, ¿soluciona sus problemas? Etc.

Nuestro objetivo, como coach, es ayudar a nuestro cliente a localizar esos pensamientos automáticos que parecen dirigir su existencia, que provoca que, en ocasiones, pueda sentirse mal, con ansiedad, insatisfacción, disgusto, apatía, rabia, desconsuelo, etc. Es importante que nuestro cliente recupere el control de sus pensamientos en esos momentos negativos porque eso le conducirá al control de sus emociones y, fundamental, al control de sus conductas.

miércoles, 7 de mayo de 2014

COACHING: FUNDAMENTAL PARA EL PLAN DE CARRERA

Si se entrevistase a los principales directores y responsables de recursos humanos de las empresas más destacadas del país, harían una afirmación semejante a ésta: “...es fundamental desarrollar un plan de carrera para cada empleado...”. En el contexto económico en el que nos estamos moviendo, donde se está produciendo una cruenta batalla entre los costes de personal derivados de la crisis y la retención del talento, los planes de carrera se han convertido en un factor diferenciador a valorar en el momento de organizar la plantilla.

Los planes de carrera consisten en una planificación de la trayectoria profesional que recorrerá un empleado dentro de una organización. Anteriormente, el mercado laboral, permitía hacer una previsión del desarrollo de la carrera profesional a largo plazo, pero los modelos de organización actuales, sumando a ello la inestabilidad económica, hacen difícil poder planificar incluso a corto y medio plazo. 

Pocas empresas pueden garantizar a sus trabajadores estabilidad laboral, y menos aún que habrán conseguido un ascenso en un periodo de tiempo concreto. Por eso, los planes de carrera son más flexibles en la actualidad,  pero no por ello están perdiendo importancia como elemento motivador y de retención del talento. Ésto es fundamental cuando la competencia lucha por tener a los mejores del mercado laboral.

Los responsables de recursos humanos de las organizaciones que los tienen implantados, concluyen que los planes de carrera deben ser flexibles y abiertos y, como piedra angular, ir destinados a los trabajadores con más talento y competencias. 

Como elemento diferenciador, en esta nueva configuración de los planes de carrera, está el apoyo que puede facilitar al “nuevo directivo” un proceso de coaching.

¿Cómo puede ayudar el coaching?

Nos centramos en el profesional, que pasa de un puesto técnico a uno de gestión. En esta circunstancia, la atención hay que ponerla en el desarrollo de las habilidades directivas: mejorar la comunicación, la influencia, la dirección de equipos de alto rendimiento, el liderazgo “per se”, etc. 

El coach junto al nuevo directivo, en su plan de carrera, trabajan estas habilidades y competencias que son muy diferentes a las que ha venido utilizando como técnico. En este sentido, bien podríamos estar hablando de “monitoring” (término extraído de Coaching: un camino hacia nuestros éxitos. Viviane Launer. Ed. Pirámide) pero el coaching va un paso más allá, ayuda al nuevo directivo sobre otros aspectos generalmente no tenidos en cuenta, como el miedo a perder los puntos fuertes que, como técnico le generaban seguridad y confianza, romper la barrera existente en la dicotomía compañero- superior, conciliación de su vida laboral y personal porque su tiempo se ve reducido, mayor estrés y saber cómo gestionarlo, etc. 

El nuevo directivo tiene en el coach un guía experimentado que le escucha, le ayuda a analizar la nueva situación de manera imparcial, a encontrar soluciones ante sus posibles bloqueos y a fijar planes de acción. El coach junto al ejecutivo hace seguimiento de sus logros y  le crea conciencia de todas sus fortalezas para que obtenga todo el beneficio y éxito de su nueva situación laboral. 

En definitiva, un proceso de coaching junto a una correcta gestión de la promoción mejorará la incorporación al nuevo puesto del ejecutivo, evitando los problemas que acompañan a este proceso de inadaptaciones, renuncias o problemas con el equipo. 


miércoles, 30 de abril de 2014

Trabajar la proactividad desde el coaching

Desde hace algunas semanas estoy realizando formación para una gran compañía del sector asegurador y uno de los contenidos principales sobre los que versa dicha formación consiste en trabajar la proactividad,  algo de vital importancia para cada una de las personas que componen la empresa. Desde luego aplaudo la importancia que le han otorgado a esta competencia como un factor clave para aumentar, de esa manera, su productividad.

La proactividad es el desarrollo de acciones previas a la realización de una tarea para la generación de las mejores opciones posibles. Es anticiparse a los hechos, ir a la vanguardia y nunca en la retaguardia. Es decidir en cada momento lo que queremos hacer y cómo lo vamos a hacer y no estar a merced de las circunstancias. 

La persona proactiva se anticipa a los problemas y busca las soluciones, la reactiva se queda quieta y va detrás, obviando las causas y los efectos. El concepto va más allá, para ser justos, supone crear el cambio, no sólo anticiparlo.

Muchas personas esperan que la buenaventura les suceda o que alguien tome por ellas la responsabilidad de su vida. Otras, por el contrario, toman la iniciativa, emprenden la acción y hacen que las cosas sucedan. ¿Con qué modelo se siente más identificado?

Una actitud proactiva en los directivos y en el resto de personal de una compañía marca la diferencia a la hora de obtener resultados, generar cambios y encontrar nuevas oportunidades. Diferentes estudios consideran que las personas proactivas tienen estas características:

- Están buscando continuamente nuevas oportunidades.
- Se marcan objetivos efectivos orientados al cambio.
- Anticipan y previenen problemas.
- Hacen cosas diferentes, o actúan de forma diferente.
- Emprenden la acción y se aventuran a pesar de la incertidumbre.
- Perseveran y persisten en sus esfuerzos.
- Consiguen resultados tangibles, ya que están orientadas a resultados.

Pensar en el cambio no es suficiente hay que ser capaz de plasmar las ideas en acciones para conseguir resultados. Es aquí donde el coaching puede hacer mucho para trabajar esta competencia, ya que con esta herramienta se ayuda a trabajar sobre un plan de acción específico. Es importante anticipar las ideas, pero igualmente es necesario propiciar las acciones para que estas ideas generen los resultados esperados, de lo contrario, el esfuerzo se quedará a medias.

jueves, 10 de abril de 2014

DIRIGIR PERSONAS ES COMO ADIESTRAR GATOS

¿Alguno de ustedes ha tenido alguna vez un gato? Me planteo esta pregunta releyendo el libro de Warren Bennis "DIRIGIR PERSONAS ES COMO ADIESTRAR GATOS" de hace ya unos cuantos años pero aplicable también a hoy en día y que me sirve para este post.

Bien pudieran decir que es un animal muy mimoso, interesado, independiente y cariñoso y aunque en distinta manera diferente a un perro, también fiel.

Pues en esto radica la esencia del liderazgo, hoy más que nunca, dirigir personas es como pastorear gatos. Y los gatos, no se dejan pastorear ni adiestrar. Los gatos, sin embargo, pueden ser persuadidos, halagados, convencidos, adorados y dirigidos con mucha suavidad. Con los gatos mantenga en su mente la idea de que “él lo hará como le parezca”. Han pasado los días en que los líderes y gestores podían darse el lujo de pensar sobre las personas en términos de bandas y grupos, bases de datos y cifras demográficas, masas y mercados, culturas y castas.

En los libros o cursos sobre liderazgo no dejamos de hablar de los atributos que debe tener un líder, y con esto me reafirmo en lo que decía Ana Karenina, existe una esencia en el liderazgo: “Todas las familias felices se parecen entre sí. Todas las familias infelices tienen sus propias peculiaridades”. Todo esto es fundamental pero no menos que comprender que cada uno de los miembros de nuestro equipo es único y a cada uno deberemos de dar la “medicina que necesita”. En ocasiones serán esos gatos que hay que persuadir y en otras ocasiones serán gatos que hay que regañar.

Siempre me ha interesado observar a las personas y su comportamiento en grupos, de ahí que decidiera estudiar sociología y más tarde seguir por el campo de los RR.HH., de esto hace ya algunos años. Creo que el campo que más interés me ha despertado ha sido el liderazgo, en el sentido más amplio del término porque desde que nacemos siempre tenemos gente que nos dice cómo debemos hacer las cosas: padres, hermanos mayores, maestros, etc. Aprovecharme, a través de la observación, de la experiencia de los grandes líderes que tengo a mí alrededor porque ya lo decía Aristóteles en su Ética que escribió que : “Si quieres comprender la virtud, observa la conducta de los hombres virtuosos”.

Fue en la universidad donde decidí conducir mi camino profesional hacia este campo y empecé a trabajar en diferentes investigaciones con gestores, líderes de diferentes empresas del territorio nacional y de la universidad, no conocía mucho sobre el liderazgo y pensaba que gestionar un equipo era lo mismo que liderarlo pero no. Sirva esto de ejemplo: en el lenguaje de los signos, la palabra gestión se simboliza colocando las manos como si se estuviese reteniendo las riendas de una caballo o frenando algo. Y el signo para la palabra liderar, dirigir, se simboliza colocando los brazos como si estuviese acunando un niño.

Las 10 características de los líderes que todo experto defiende es que se conocen a sí mismos, mantienen una actitud abierta ante la retroalimentación, muestran verdadera ansia por aprender a mejorar, son curiosos y están dispuestos a asumir riesgos, actúan con un alto grado de concentración en el trabajo, aprenden de las adversidades, saben equilibrar tradición y cambio, implantan un estilo de gestión abierto, saben trabajar bien con los sistemas y sirven como modelos y mentores, a parte de otra serie de habilidades como la empatía, la asertividad, etc.

Yo añadiría algo que a mí me parece fundamental, pero no sólo para un líder, sin para cualquier miembro de una organización y ser capaces de asumir que también cometemos errores, Ernest Hemingway dijo que el mundo nos modela y que crecemos siendo más fuertes en un mundo imperfecto. Esto es muy cierto respecto a los líderes. Su capacidad de recuperación es lo que les permite alcanzar sus metas y realizar su visión. Esto lleva al factor Wallenda. Poco después de que el gran equilibrista Kart Wallenda muriese en 1978 como consecuencia de una caída sufrida mientras realizaba su actuación más peligrosa, su esposa, también equilibrista, dijo: "Durante meses antes del accidente, en lo único que Kart pensaba era en la posibilidad de una caída. Era la primera vez que pensaba en eso y me parece que centró todas sus energías en no caer, en vez de en caminar sobre el alambre".

martes, 8 de abril de 2014

¡EL PUESTO ES TUYO! Una guía eficaz para conseguir empleo a través del coaching

¿Cómo puedo ser más eficiente en mi proceso de búsqueda o mejora de empleo? Esta quizá, sea una de las muchas preguntas que afloren en su mente si usted se halla desempleado o con deseos de promocionar a un trabajo mejor. Con objeto de dar respuesta a esta y otras cuestiones nace este libro: "¡El puesto es tuyo! Escrito por Vigela Lloret y yo misma.

Tal vez, otra de las cuestiones sea: ¿por qué me interesa este libro? ¿Qué tiene de diferente sobre otros ejemplares disponibles en el mercado editorial? Nuestro objetivo es ayudar, con esta lectura, a incrementar la empleabilidad de nuestros lectores con una potente herramienta denominada coaching. Con las habilidades que tomaremos prestadas de dicha herramienta pretendemos generar las actitudes y aptitudes necesarias para conseguir una exponencial mejora profesional. Por eso, es interesante este libro y, ahí, es donde radica su diferencia fundamental.


¿Cómo conseguir un empleo? Esto no es un secreto para la mayor parte de la población en edad de trabajar: exige el esfuerzo de dominar ciertas tácticas que contribuyen a superar un proceso de selección, así como, disponer de la formación y experiencia necesarias y del adecuado perfil psicológico. Para nosotros, fundamentalmente, consiste, junto con todo lo anterior, en disponer de una serie de habilidades personales y sociales junto a la actitud adecuada que destaquen al lector frente a otros candidatos y le conduzcan, de esa manera, al éxito en su proceso de selección.

Este libro pretende conducir, a través del coaching, al desarrollo de una serie de habilidades personales y sociales exitosas que distinguirán al lector frente a otros candidatos.

La búsqueda de empleo es un proceso activo que requiere, a nuestro entender, no sólo conocer las técnicas de reclutamiento y selección de personal y su preparación ante ellas, sino también una preparación personal y psicológica que fortalezca al profesional durante la duración de este proceso. Lo más importante, y fundamental, es hacerse consciente de que para conseguir un empleo hay que hacer algo, hay que trabajar para conseguir ese puesto de trabajo deseado. Hacer algo implica el desarrollo de un plan que genere acciones que nos centren en el camino hacia el éxito y guíen nuestros pasos. ¿Cómo? Con la ayuda del coaching: coaching es acción y para que se produzca un cambio es necesario el desarrollo de un plan de acción y esta herramienta es una guía en este camino. Ese hacer algo para conseguir trabajo se puede aprender o mejorar, según sea el caso.

http://www.casadellibro.com/ebook-el-puesto-es-tuyo--una-guia-eficaz-para-conseguir-empleo-a-traves-del-coaching-ebook/9788483261125/2287013

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