En una reunión
reciente, para hablar de un programa académico sobre coaching deportivo, tuve
la oportunidad de coincidir momentos previos con una antiguo entrenador de
balonmano femenino. Me comentaba, con tristeza, que el mayor problema que se
había encontrado, como entrenador, era el abandono (entendido como fin de la
práctica deportiva), cuando cumplían la mayoría de edad, de jugadoras que eran
realmente buenas. Con el tiempo, retomaban su carrera deportiva pero su nivel
físico nada tenía que ver con el momento de su retirada.
Reflexionaba si el
coaching podía hacer algo donde él como entrenador no sabía qué hacer. Mi
respuesta fue taxativa, sí, y hablamos sobre coaching, sobre sus beneficios y el apoyo que esta
herramienta generaría a cualquier entrenador.
Abandono y
motivación son criterios fuertemente correlacionados, ya que el primero es
frecuentemente resultado de la carencia del segundo. Pero la falta motivación no es el único factor que
incide en el abandono. Se sucumbiría,
entonces, en un reduccionismo que impediría aportar las medidas para
solventarlo de una forma exitosa.
Las causas de
abandono, de la misma forma que las de práctica deportiva, pueden ser
abundantes y variadas. A los 18 años, la mayoría de los jóvenes, inician su
formación superior, la cuál conlleva un mayor a nivel de exigencia y
compromiso. A esto se puede sumar que muchos adolescentes tendrán que
trasladarse a otras ciudades para continuarlos. De esto, habitualmente, se
genera una descoordinación, entre lo que podríamos calificar, organización
deportiva, familiar y organización académica lo que va a beneficiar la retirada
del deportista.
Otros
factores, se pueden encontrar en la competición en sí misma por la exigencia de
ganar siempre y a cualquier precio; en la gestión del rendimiento; en el
déficit de recursos disponibles, tanto materiales como económicos, y el
alejamiento de la familia y los amigos, así como de otras aficiones extra
deportivas.
Otro elemento a
destacar es la repercusión que tiene el entrenador en el joven deportista. Es
una pieza fundamental tanto para fomentar la práctica deportiva como para
llevar a la renuncia de la misma.
Por esta razón,
resulta primordial el asesoramiento psicológico y sobre herramientas de
coaching deportivo a entrenadores de deportistas jóvenes. Encuestas realizadas
a los deportistas llevan a resultados que afirman que éstos aprecian más en sus
entrenadores aspectos derivados de su conducta y de sus relaciones personales
que los propios conocimientos y competencias técnicas. De ahí la importancia de
esta capacitación en otros ámbitos que no son los puramente deportivos.
¿Por qué se espera a
qué el joven deportista abandone la competición y no se hace algo antes?
Con el objetivo de prevenir el abandono prematuro,
y para que los entrenadores obtengan una relación más positiva y enriquecedora
con los jóvenes deportistas, el coaching deportivo propone una de vía de
actuación donde el entrenador se beneficia de las herramientas de coaching para
mejorar su relación y apoyo a los atletas.
Es fundamental para los entrenadores que quieren incidir sobre otros
aspectos que no son los puramente técnicos, tácticos o físicos, es decir,
trabajar sobre los aspectos psicológicos y emocionales de los deportistas. El
objetivo es profundizar desde una perspectiva global para conseguir un máximo
rendimiento. Desde dónde se puedan anticipar los altibajos emocionales por lo
que puede pasar el joven deportista y
que pueden llevar a su deserción.
Con un correcto entrenamiento emocional, el
entrenador aprende a trabajar con la individualidad de cada deportista de la
misma forma que crea un abanico de conductas adecuadas a cada emoción del éste
y dónde le facilita los recursos necesarios para la consecución de sus
objetivos. Con herramientas que el coaching deportivo pone a disposición del entrenador,
éste podrá proporcionar a los niños/as y los jóvenes un apoyo adecuado que
consiga una simbiosis entre su momento personal y el deportivo.
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