Se me ocurren razones que pueden ser atribuibles al coachee pero también se me ocurren otras responsabilidad del coach.
Puede suceder que nuestro cliente no esté interesado en el proceso de cambio y mejora que el coaching proporciona. Es un programa de empresa, por ejemplo,con el que no se siente comprometido y puede pensar en otras opciones más viables para su desarrollo. Fíjate que no digo que no está comprometido con mejorar sino con el cómo elegido. Si nuestro coachee no quiere salir de su círculo de confort es responsabilidad del coach impulsar ese deseo de cambio.
Se me ocurren más razones del fallo del proceso de la mano del coach que de nuestro coachee, reflexionándolo:
- que el coach no posea las competencias necesarias, no me imagino un proceso de coaching en el que un coach no practique la escucha activa con su cliente, por ejemplo.
- que el coach no sea el espejo de su coachee y le lleve a ver las ventajas de un cambio.
- que el coach sea en extremo complaciente y no rete a su coachee a evolucionar y buscar la consecución de sus resultados.
- que el coach no sepa establecer un rapport adecuado con su coachee y que por la falta de química éste pueda, incluso, abandonar el proceso.
Seguro que existen más razones de las que a mí me vienen a la cabeza pero desde luego sí sería interesante ir profundizando en ellas para que como coach no cometamos estos errores.
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