lunes, 30 de diciembre de 2013

Tercer número de AECOP Magazine

Hoy hemos publicado la tercera entrega de AECOP Magazine. Presentar el tercer número de AECOP Magazine es un placer inmenso por varias razones. Significa que ya hace un año que iniciamos esta andadura y hemos superado los “miedos” iniciales que todo proyecto novedoso genera. Significa, también, que estamos en una época estupenda del año, para mí y espero que para la mayoría de vosotros, la Navidad y el comienzo del año nuevo. Como siempre un inicio de año cargado de buenos propósitos que para que se cumplan tienen que materializarse en un plan de acción (hablando de coaching...). Y, además, este tercer número viene abalado por la colaboración de excelentes pro-fesionales y, aunque suene tópico decirlo, mejores personas: Tiscar Mascaraque, María José Padilla, Genoveva Vera y Belén Varela. De tal suerte, que no he podido resistirme a compartir mi pequeño grano de aportación a esta profesión con ellas. Estas coaches nos hablarán de temas familiares en nuestras sesiones de coaching: ayudar a las superwomen, el autosabotaje, gestio¬nar el estrés y aprender a ser felices en el trabajo.

¡Felices fiestas para tod@s y feliz 2014!
 

jueves, 31 de octubre de 2013

El perfil del trabajador asertivo

Varias definiciones pueden encontrarse cuando se habla de asertividad:
 
 “Es comportamiento comunicacional en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que manifiesta sus convicciones y defiende sus derechos. Cabe mencionar que la asertividad es una conducta de las personas, un comportamiento. Es, también, una forma de expresión consciente, congruente, clara, directa y equilibrada, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros legítimos derechos sin la intención de herir o perjudicar, actuando desde un estado interior de autoconfianza, en lugar de la emocionalidad limitante típica de la ansiedad, la culpa o la rabia”. (Fuente: Wikipedia, enciclopedia libre).

En definitiva, la conducta asertiva es aquella que podría también denominarse “socialmente hábil”, dado que es uno de los métodos más eficaces a la hora de mantener relaciones interpersonales bien consolidadas.
 
La asertividad no es un rasgo de la persona, sino que los individuos se comportan asertivamente o no en función de la asimilación de una técnica o un hábito conductual.

En los procesos de comunicación interpersonal se recurren a técnicas o modelos para favorecer el alcance y la eficacia de la misma. En el caso de la asertividad, su ausencia puede implicar graves consecuencias tanto personales como de relación: por un lado, genera altos índices de ansiedad y deterioro de la autoestima, y por otro lado, provoca desconfianzas y conflictos interpersonales.
Por el contrario, la capacidad de expresar las emociones o ideas tal y como se conciben implica una gran cuota de confianza tanto en uno mismo como en el interlocutor. Si expresamos asertiva, pero  cuidadosamente nuestras impresiones, obtendremos como consecuencia directa una apertura del interlocutor hacia nuestros planteamientos y esto creará las bases de una relación sólida y abierta. 

El perfil del trabajador asertivo.

• El trabajador asertivo suele defenderse bien en sus relaciones interpersonales con personas de diferente estatus y jerarquía.
• Está satisfecho de su vida social y tiene confianza en sí mismo para cambiar cuando necesite hacerlo.
• Habla con fluidez y seguridad, acompañando su locución con una mirada no desafiante, pero directa.
• Sabe entender y visualizar los propios deseos e intereses, así como los del contexto que le rodea.
• Analiza sus propios intereses antes de mirar alrededor para ver lo que los demás quieren y esperan de una situación dada.
• Sabe expresar de manera adecuada sus sentimientos positivos, y también los negativos.
• Opina libremente cuando cree que debe hacerlo, eludiendo falsos prejuicios.
• Maneja eficazmente la expresividad no verbal durante la comunicación, adoptando una postura cómoda y relajada.
• Mide correctamente y respeta la distancia física o distancia social con sus interlocutores.
• Es capaz de decir “no” cuando es realmente lo que quiere expresar.

Es necesario desarrollar la asertividad para expresar las propias opiniones y sentimientos de forma sana sin dejarnos manipular y, por supuesto, aprender a respetar los sentimientos y opiniones de los demás.

viernes, 25 de octubre de 2013

Técnicas de relajación muscular progresiva de Jacobson

El proceso a seguir, a través de esta técnica, consiste en conseguir la relajación a través de la tensión muscular. Es decir, las sensaciones de tensión y relajación le conducirán a gestionar las respuestas de ansiedad.

Los músculos implicados en el entrenamiento en relajación se encuentran agrupados en las siguientes zonas corporales:

Para poder llevar a la práctica el ejercicio que le voy a proponer de relajación, necesita un tiempo aproximado de unos veinte minutos. Dedíquese este pequeño espacio de tiempo que tan beneficioso le será a corto, medio y largo plazo.

EJERCICIO DE RELAJACIÓN
 
Póngase cómodo. Preferentemente túmbese para estar lo más tranquilo posible.
Puede, incluso, ponerse una música suave que le sirva de acompañamiento durante el ejercicio.
Si lo prefiere, cierre los ojos y deje que su cuerpo se vaya acomodando a las sensaciones que va a sentir poco a poco.
Empiece por su brazo derecho. Concentre su atención en él y apriete el puño y sienta la tensión que se produce en sus dedos, su antebrazo y en todo el brazo en general. Mantenga esa presión durante unos cinco segundos, hasta que sea capaz de sentirla bien.
Suelte el puño, afloje la tensión de forma rápida y decidida.
Observe la sensación de relajación que ocurre en su brazo, desde los dedos de la mano, en el antebrazo y, en general, en todo su brazo.
Disfrute de esa sensación: ¿es de ligereza o de pesadez? ¿Nota el brazo como dormido y con un ligero cosquilleo? ¿Tal vez siente calor? ¿Su brazo se ha quedado aflojado? ¿Está suelto? ¿Relajado?
En eso consiste la relajación muscular progresiva, irá notando como los distintos grupos musculares comienzan a soltarse. Permítase sentir esas sensaciones agradables.
Le pedimos que tense de nuevo los mismos músculos.
Realice, por cada parte de su cuerpo que le pedimos que contraiga, el ejercicio un par de veces para realmente ir notando las diferencias entre tensión y relajación en las distintas partes de su anatomía.
Ahora todo su brazo derecho ha quedado relajado. Su mano, antebrazo y brazo están blandos, flojos y suaves.
Deje que su respiración se haga suave y profunda. El aire llega rítmicamente hasta su abdomen. Ponga una mano sobre el abdomen y otra sobre el pecho, procure que sea la mano del abdomen la que se eleva cuando realiza las inspiraciones. La mano de su pecho debe quedar inmóvil para de esa manera comprobar que está realizando respiraciones profundas que le ayuden a llegar a un estado de calma total.
A continuación, le pedimos que contraiga el puño izquierdo. Apriételo con la misma intensidad que ha tensado el derecho, sienta la fuerza que se genera en su mano izquierda, su antebrazo y su brazo y de forma contundente (hágalo siempre así) suelte la tensión.
Deje que se relaje la mano, el antebrazo y todo el brazo izquierdo.
Céntrese, nuevamente, en las sensaciones de relajación que se producen: la pesadez, la flojedad, la suavidad, el calor, el hormigueo, etc.
Le pedimos que tense de nuevo el puño izquierdo y genere tensión muscular en esos mismos músculos.
No se olvide de su respiración que continúa tranquila y profunda, sin forzar. Una respiración abdominal que le genera calma y paz.
Ahora tense los músculos de su cara. Contraiga su frente, sus ojos, su entrecejo, su nariz y toda su boca. Mantenga cinco segundos y relaje toda su cara.
Repita de nuevo esta secuencia para conseguir una relajación total de su rostro.
Está relajado y tranquilo.
Su respiración continua suave, pausada, tranquila y profunda.
A continuación, le pedimos que relaje su cuello, zona en la que se acumula innumerable tensión. Para ello, presione su cabeza contra la base sobre la que se encuentra descansado, por ejemplo, una colchoneta, su sofá o su cama. Sienta la tensión y suelte la tensión.
Repita el ejercicio y note como su cuello queda blando, suave y sin rigidez al igual que sus brazos o su cara en momentos anteriores.
Disfrute de la sensación de confort que se va apoderando de su cuerpo.
Para relajar la espalda vamos a pedirle que tense sus hombros buscando juntarlos por detrás del pecho. Sienta la tensión y suelte la tensión.
¿Nota como su espalda comienza a alargarse? Contraiga de nuevo los hombros y suelte la tensión.
Relaje su pecho llevando los hombros para intentar juntarlos por delante de éste. Contráigalos sintiendo la tensión y suelte de forma brusca y rápida.
Repita de nuevo esta parte del ejercicio.
El pecho y la espalda se relajan.
Ahora intente tensar los músculos del abdomen como si fuera hacer una contracción abdominal. Sienta la tensión en todo su abdomen y suelte la tensión. Repita la contracción y comprobará como los músculos quedan blandos.
¿Siente una sensación agradable al soltar la tensión? Recréese y disfrute con ello.
Ha conseguido relajar los músculos de sus brazos, de su cara, de su pecho, de su espalda y de su abdomen y la sensación de bienestar seguirá ampliándose a la parte inferior de su cuerpo. Confíe en ello.
Preste atención a su respiración que continúa suave y tranquila, relajante y sin forzar.
Ahora tense su pierna derecha. Contraiga desde su pie derecho hasta su muslo, mantenga la tensión y suéltela. Note como el pie se relaja, su gemelo y el muslo, también.
Concentre su atención en todos los músculos que han soltado la tensión y perciba la diferencia.
Tense de nuevo este grupo muscular.
Por último, tense de igual modo su pierna izquierda. Repita de nuevo la contracción muscular y note como toda su pierna izquierda se relaja.
Todo su cuerpo se ha relajado.
Disfrute de esa sensación: ¿es de ligereza o de pesadez? ¿Nota su cuerpo como dormido y con un ligero cosquilleo? ¿Tal vez, calor? ¿Su cuerpo se ha quedado aflojado? ¿Está suelto? ¿Relajado? ¿Su respiración continua siendo abdominal, profunda y suave? ¿Su energía se renueva? ¿La tensión abandona su cuerpo?
No tenga prisa en levantarse, disfrute el tiempo que le apetezca de esas sensaciones y cómo renuevan también su mente.
Cuando desee levantarse comience lentamente a mover las piernas y los brazos, desperécese y levántese poco a poco, sin prisa. La relajación ha hecho que todos sus músculos queden blandos, laxos  y confortablemente sueltos, sin tensión.

Realice diariamente en casa durante toda una semana una sesión de relajación y lleve un autorregistro sobre las siguientes cuestiones:

• ¿A qué hora lleva a cabo la relajación?
• ¿Qué partes nota más relajadas?
• ¿Qué partes nota menos relajadas?
• ¿Qué conflictos pueden aparecer en el momento de realizarla? (falta de concentración en imagen mental, distracción por ruidos, etc).
• ¿Cómo nota la relajación? (hormigueos, sensación de calor, pesadez, etc).
• ¿Qué nivel de relajación siente del 1 al 10?

lunes, 21 de octubre de 2013

Como convertirse en una persona de acción

Si usted está dispuesto a llevar a cabo su plan de acción dentro de su proceso de coaching pero le supone una pequeña dificultad empezar a ejecutarlo, le propongo el siguiente ejercicio para ejercitarse en el hábito de entrar en acción.

• Pruebe a realizar cada día algo diferente y que anteriormente nunca haya realizado.

El objetivo con este pequeño ejercicio es que usted pierda el miedo a realizar algo nuevo y diferente. No estoy pensando en cambios abismales si no en pequeños cambios que le ofrezcan la posibilidad de experimentar con cosas nuevas y ampliar su red de recursos.

• Haga una lista de diez acciones nuevas que pueda poner en práctica en las próximas cuatro semanas.
• Seleccione dos de ellas (a fin de cumplirlas en las cuatro semanas), las que le parezca oportuno, y póngala en práctica esta misma semana.

Formúlese y conteste a estas preguntas:
 
Antes de realizar cada cambio:
 ¿Qué supone este cambio para mí?
 ¿Qué resultados objetivos espero?
 ¿Qué quiero conseguir?
Después de realizar cada cambio:
 ¿Qué ha supuesto este cambio para mí?
 ¿Qué resultados he obtenido?
 ¿En qué medida se ha cumplido lo que quería conseguir con esta acción?
 
Sea constante y persevere en su entrenamiento. El éxito no suele llegar por casualidad, sino tras el trabajo adecuado, o al menos esa es mi opinión. Influya en su suerte desde la acción planificada a la que pretende llevarle el coaching.
 
Cualquier hábito nuevo se consolida a través de la repetición, elemento fundamental de la constancia. Repetir le abre la posibilidad de perfeccionar, mejorar y reforzar sus acciones. Repetir le acerca a la excelencia.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Preguntas poderosas

La herramienta fundamental de trabajo para el coach es la formulación de preguntas poderosas. Las preguntas ayudan a hacer reflexionar al colaborador sobre sus experiencias, permiten dirigir al individuo hacia la toma de conciencia de sus pensamientos. Con las preguntas se busca direccionar el pensamiento del colaborador y facilitarle la toma de conciencia de un mayor número de alternativas de actuación.

Los coaches preguntamos para:

  1. Para crear confianza. 
  2. Para descubrir.  
  3. Para producir una reflexión. 
  4. Para provocar una reacción. 
  5. Para enriquecernos. 
  6. Para sugerir.
Con las preguntas obtenemos importante información: indagar lo que verdaderamente le importa a nuestro coachee, profundizar en su pensamiento e indagar sobre lo que realmente quiere, para qué lo quiere y qué le impide conseguirlo.    

En el transcurso de las sesiones de  coaching las preguntas guían al cliente para que genere un tipo de pensamiento que le impulse a tomar decisiones decisiones y éstas, a su vez, nuevas acciones.  

La metáfora que considera una pregunta como una linterna es muy gráfica ya que arrojan luz sobre las áreas para trabajar.

Pregunta sobre:
  • Los hechos  
  • Los datos 
  • Las circunstancias   
  • Los actores    
  • Los sentimientos   
  • Los anhelos  
  • Ideas nuevas   
  • Propuestas   
  • Preferencias   
  • Barreras


martes, 17 de septiembre de 2013

SHADOW COACHING. CUANDO EL COACH ACTÚA EN LA SOMBRA.

El shadow coaching es una modalidad dentro del coaching ejecutivo y empresarial que cada vez está tomando más relevancia y creciendo en popularidad. Esto no es fruto del azar si no de la consolidación que va adquiriendo el coaching dentro de las organizaciones, para las personas que lideran y por los beneficios que está aportando. Esta disciplina permite ir un paso más allá entre la relación del coach con su coachee y que permite al coach poder espejar de forma más acertada a este sobre sus comportamientos.

¿Cómo se lleva a cabo? ¿Cuál es la diferencia con el coaching ejecutivo tal y como lo entendemos en la actualidad?

La diferencia principal respecto al método tradicional radica en que el coach está observando, en tiempo real, al directivo o mando intermedio con su equipo, en su lugar de trabajo habitual pudiendo asistir a sus reuniones y pudiendo tener información de primera mano sobre cómo actúa el ejecutivo en su puesto de trabajo. Al estar en tiempo real se puede establecer el oportuno plan de acción de manera más rápida que entre sesión y sesión de su proceso de coaching.

La forma ideal es combinar ambos métodos de trabajo, el tradicional y el shadow. Durante el proceso de coaching el coach puede preparar con su coachee, antes de esta observación, sus reuniones, por ejemplo, o cualquier otra actividad a observar dentro de su realidad profesional, tomando conciencia de los aspectos en los que se quiere enfocar y de los que quiere mejorar.

Después del shadow, el coach ayudará al ejecutivo a identificar los puntos fuertes y las áreas de mejora. Pudiendo recoger información de primera mano y sin el sesgo que el coachee pueda, aún bienintencionadamente, traer a la sesión. De esta manera se establece un puente entre la percepción que el coachee tiene sobre sí mismo y la percepción del coach tras las sesiones de trabajo.
El coachee recibe positivamente este feedback porque el coach es un agente externo a su realidad profesional y su objetivo es ayudar al desarrollo del cliente.

La objeción que puede surgir en esta modalidad de coaching es pensar que el coachee o el equipo de trabajo puede cambiar su comportamiento habitual al saberse observado por el coach. Quizá en un primer momento esto pudiera ser un acto reflejo natural de toda persona al sentirse observado pero la experiencia nos lleva a afirmar que esto, de darse, sucede los primeros minutos y que tras estos el comportamiento vuelve a ser el habitual, ya que la persona tiende a relajarse y ser ella misma.

La ventaja de esta metodología es que está programada para llevarse a la práctica durante varias sesiones con lo cual se tiene un conocimiento profundo de la realidad del coachee y por tanto, la fiabilidad y validez de la observación se incrementan. Podemos estar hablando de un shadow de un medio día (durante varias jornadas) o un día o dos días completos.

martes, 3 de septiembre de 2013

No Pierdas tu Esencia

La vuelta al trabajo remueve muchas emociones, por lo menos a mí, creo que me viene de la época escolar en la que se hacen nuevos planes, se acometen nuevos proyectos,...

No se me ocurría mejor forma de retomar el blog que con un post de una excelente coach y mejor persona, Morelia, que hace un gran trabajo en su hotelito La Calma en Ribadesella. Deseaba compartirlo desde aquí:

 
 
 
Aunque vuelvas al trabajo, estudios o cualquiera que sea tu rutina no pierdas esa preciosa conexión contigo que conseguiste durante tus vacaciones.
 
Muchos estáis regresando de las vacaciones y empezareis vuestra rutina nuevamente. Para muchas personas este cambio puede ser difícil ya que pasamos de un ritmo de relax y felicidad a uno de estrés y preocupación.
 
Tu Verdadera Esencia …
 
Lo importante es recordar que esa persona con la que conectaste nuevamente, que se sentía tranquila, feliz de la vida, que sonreía, reía libremente y disfrutaba el momento sigues siendo tú. Esa es tu verdadera naturaleza, es tu esencia!
 
Al regresar al trabajo, estudios o cualquiera que sea tu rutina no pierdas esa preciosa conexión contigo. Aunque el entorno de estar en una playa o en la naturaleza ayuda, tu puedes manifestar y llegar a tu esencia estés donde estés.
 
Recuerda, Revive y Conecta …
 
 
 
Si no sabes meditar, simplemente cierra los ojos y respira profundo unas 2 o 3 veces. Recuerda ese lugar que te inspiro esa sensación de calma y felicidad … sonríe … siente como te sentías, ve lo que vistes, oye lo que oías, huele lo que olías … déjate revivir ese momento brevemente … sigue sonriendo y disfrutando.
 
Cuando abras los ojos quédate con esa serenidad y felicidad. Recuerda que ese sentir eres tu! Siente una gratitud profunda por haber vivido esos momentos que te han ayudado a conectar con tu verdadera esencia y desde lo más profundo de tu corazón di “Soy paz y armonía, todo en mi vida fluye perfectamente trayendo más calma y felicidad”.

jueves, 1 de agosto de 2013

Motivación (Novena Competencia del Director Líder- Coach).

Decía Albert Einstein que "hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica. Esa fuerza es la voluntad". De esto va la siguiente competencia, de trabajar la voluntad hacia la mejora, el trabajo bien hecho, la superación y en definitiva la motivación de los colaboradores por parte del líder.

El tema de la motivación es probablemente uno de los temas centrales para los directivos. ¿Cómo lograr que se entreguen al 100% de sus capacidades? ¿Cómo impedir el abatimiento, la pereza y el derrotismo? ¿Se puede realmente estimular la motivación?

Para mí, la definición que establece la RAE me parece muy gráfica y adecuada a la hora de explorar esta competencia: “disponer del ánimo de alguien para que proceda de un determinado modo”, me apoyaré en esta definición por dos motivos:

• Porque establece que la motivación es personal e intransferible, no una forma de estimulación genérica.
• Porque debe existir la voluntad por parte del colaborador de querer ser motivado.

Con frecuencia, en el mundo empresarial se recurre a recompensas externas e incentivos para acrecentar la motivación: primas ante un éxito conseguido, etc. Es lo que se conoce como herramientas de motivación de primer orden. No estoy en contra de este tipo de herramientas de actuaciones para incrementar la motivación, pero tiene un impacto temporal muy limitado. Propongo otras técnicas complementarias, las denominadas herramientas de motivación de segundo orden, que pueden contribuir al bienestar del colaborador y que quizá merezca la pena llevarlas a la práctica:

• Crear un ambiente de trabajo positivo.
• Fomentar el optimismo: “el optimista es una parte de la respuesta. El pesimista es siempre una parte del problema” (Anónimo).
• Participación en las decisiones.
• Implicación en los resultados.
• Desarrollar un sentido de pertenencia al grupo.
• Ayudarles a crecer marcando objetivos de éxito para ellos.
• Ser agradecido y dar refuerzo positivo siempre que sea posible
• Dar feedback. Ser objetivo.
• Aumentar la confianza.
• Ayudarles a gestionar y enfrentarse a sus problemas.
• Asumir que el fracaso forma parte del trabajo y crecer con ello de forma conjunta.
• Darle apoyo.
• Brindarles oportunidades.
• Escucharlos.
• Premiar la excelencia.
• Celebrar los éxitos.

lunes, 29 de julio de 2013

Gestión de las emociones de los profesionales y autocontrol (Octava Competencia del directivo Líder- Coach) Segunda Parte

Se debe trabajar el control emocional, tanto a nivel del comportamiento externo, de lo que el profesional muestra ante los demás, como a nivel interno. Cuáles son sus patrones de pensamiento  y creencias? ¿Dónde está el origen de esa conducta?

Se decía que el primer paso en un entrenamiento en autocontrol pasa por la propia observación del colaborador. El líder debe guiarle si el propio profesional no sabe cómo acometerlo. Puede proponer un experimento a sus colaboradores: elegir una de las situaciones que especialmente le resulte perturbadora. Dividir esta situación en tres momentos:

• El momento anterior a entrar en ella.
• El desenlace de la situación.
• Cuando se ha terminado.

El objetivo de este experimento es trabajar la situación con el ánimo de afrontarla airosamente cuando vaya a producirse en la realidad. El líder debe ver qué discurso mental se lanza el profesional y trabajarlo.

Debe trabajar correctamente la delimitación del problema:

• ¿En qué consiste exactamente la conducta que le genera un problema de relación?
• Analizar todos los hechos que rodean a esa conducta.
• ¿Por qué se mantiene? y ¿Cómo puede variarse?
• ¿Con quién ocurre? ¿Es sólo con una persona o no afectan las personas sino sólo la situación?
• ¿Por qué le desestabiliza ese hecho concreto en ese caso?
• ¿Cuándo ocurre?
• ¿Qué es lo que le preocupa de la situación? ¿Por qué se comporta así?
• ¿Cómo hace frente a la situación normalmente?
• ¿Cuál es el objetivo perseguido para querer cambiar esa conducta? Es importante trabajar este punto, ya que para cambiar una conducta, el profesional debe tener un alto nivel de motivación para que tenga éxito.

En los procesos de coaching que realizo una pregunta que formulo de forma estandarizada es su nivel de motivación para conseguir el objetivo. Pido en ese caso que la cuantifique en una escala de 1 a 10. Cuanto más cerca estemos del 10, la implicación del coachee para salir de su círculo de confort y afrontar los cambios será mayor. Otra pregunta que hago es: ¿cómo podríamos aumentar su motivación hacia la consecución en un punto más? Quizá sea interesante valorar esta opción con nuestros colaboradores.

Sería recomendable que el líder pidiera al colaborador que llevara un autoregistro en el que refleje la conducta manifiesta (pública) y la oculta (pensamientos y sentimientos). Se debería reflejar la frecuencia de la aparición de la conducta-problema:

• ¿Cuántas veces ocurre al día, semana o mes?
• ¿Ocurre en todas las ocasiones o sólo a veces?
• ¿De qué depende?

Esto se representa apuntando el día/hora en que sucedió la conducta a observar y la situación y las circunstancias que la precipitaron. Se le puede dar una puntuación (1-10) para el nivel de intensidad y se debe apuntar la conducta concreta que se ha realizado, tanto la externa como la interna. Es decir, lo que se ha hecho, lo que se ha pensado al respecto y lo que se ha  sentido física y anímicamente.
 
Ejemplo:
 
 
El autorregistro pretende, por un lado, concienciarse de la importancia que tienen las creencias y por otro, hacer conscientes por medio de este método, los pensamientos que va teniendo el profesional a lo largo de un tiempo establecido cada vez que se siente mal. Es importante dar un paso más y elegir pensamientos alternativos, argumentos que se contrapongan a los que normalmente hacen daño a la persona y que sean lógicos y racionales, así como llevarlos a la práctica.

Para trabajar el autocontrol también se puede recurrir a técnicas de reducción de la ansiedad como la Relajación Progresiva (muscular) de Jacobson y Entrenamiento Autógeno de Schulz, así como técnicas de respiración.

jueves, 25 de julio de 2013

Gestión de las emociones de los profesionales y autocontrol (Octava Competencia del directivo Líder- Coach) Primera Parte

Se puede afirmar que los líderes, idealmente, se caracterizan porque:

• Sueñan con el éxito de sus colaboradores y por consiguiente, el suyo propio.
• Son planificados en sus actuaciones y proactivos buscando soluciones.
• Son sociables y con carácter positivo.
• Tienen un fuerte control emocional ante situaciones de estrés como constante en su trabajo.
• Tienen un fuerte sentido de la responsabilidad y les gusta ejercer su liderazgo.
• Aceptan de forma positiva las críticas y la posibilidad de crecer con ellas.
• Reconocen que son los primeros responsables de los fracasos de sus colaboradores.
• Son tenaces. Es su cualidad fundamental para buscar el éxito.

Pero para ser líder-coach hay una aptitud fundamental que debieran trabajar: gestionar las emociones de sus colaboradores.

En primer lugar, nos gustaría concretar que las emociones no son buenas ni malas. Depende del uso que la persona haga de ellas.

Decía James Allen que "una persona no puede directamente escoger sus circunstancias, pero sí puede escoger sus pensamientos e indirectamente -y con seguridad- darle forma a sus circunstancias."  El  Sr. Allen no está hablando de otra cosa que del auto-control emocional, de mantener bajo control las reacciones e impulsos que afecten al desarrollo profesional e impidan el alto rendimiento. Estas reacciones e impulsos vienen provocados siempre por una emoción, y como todos sabemos, ésta tiene corta duración. El profesional ya no tiene ninguna excusa para practicar su autocontrol.

La RAE define emoción como la “alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática”. Goleman, en su libro de “Inteligencia Emocional” nos recuerda, dentro del estudio que realiza de esta competencia, la importancia de evitar un secuestro amigdalar. Es decir, evitar dejarnos dominar por nuestras emociones lo que es sumamente importante en caso de los profesionales que se encuentran sometidos a fuertes presiones por parte del jefe, el equipo y la organización.

Las emociones nos alertan sobre la existencia de problemas. Investigar qué situaciones son las que originan la emoción puede ser interesante para ejercer el autocontrol. La siguiente exposición pretende ser una pequeña guía para esta práctica por parte del líder:

• Auto-observación: proponer al profesional recoger por escrito las situaciones que le generan descontrol y qué ventajas le reportaría un cambio de conducta.
• Definición de los objetivos: el profesional tendrá que decidir qué desea conseguir con el entrenamiento en autocontrol.
• Planteamiento de nuevas conductas ante las situaciones que le generan falta de control. En un primer lugar se pueden trabajar a través de rol-play (teatralizando) para posteriormente hacer su aplicación a la vida real.
• Evaluación con el líder: se trabajan las posibles dificultades y problemas que hayan surgido, se establecen nuevas mejoras, si fuera necesario, y se refuerzan las conductas positivas. Es muy importante la motivación por parte del responsable ante los cambios realizados.
• Interiorización de la conducta para convertirla en hábito. No entraremos a valorar si un hábito se establece en 21 días o más, sino lo importante que para el profesional es ejercer su propio autocontrol cada vez que se presente la emoción.

La reflexión que queremos trasladar al directivo es que trabajar con el profesional el manejo de situaciones conflictivas le permitirá tener una mejor relación con el resto del equipo y una mayor autoestima.

El líder puede ayudar a reflexionar al profesional con estas preguntas:


miércoles, 17 de julio de 2013

Autoconocimiento (Séptima Competencia del Directivo Coach).

Una de las tareas fundamentales del líder es contribuir al propio conocimiento de los colaboradores, de sus talentos, de sus puntos fuertes y de sus áreas de mejora así como de las creencias internas que pueden limitar su rendimiento.

Es fundamental traer en este punto el modelo de competencias de Mc Clelland con su iceberg asociado:


Para un completo autoconocimiento, el líder debería pasar a sus colaboradores por cada una de las seis áreas asociadas a dicho iceberg:

• Conocimientos: información que el profesional posee del desempeño en su trabajo.
• Habilidades: capacidades del profesional.
• Rol Social: su patrón de comportamiento ante cada uno de los miembros del equipo.
• Imagen de sí mismo: concepto que el profesional tiene de sí mismo.
• Rasgos: el comportamiento más asentado en el profesional.
• Motivos: las razones de su motivación.

Para un profesional es fundamental trabajar las seis áreas.

Se propone al líder trabajar los conocimientos y habilidades a través de una matriz D.A.F.O. (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades) ya que es una de las herramientas más utilizadas, por su éxito, en este aspecto. Es necesario que el profesional tenga un alto nivel de madurez para exponerse a la autocrítica y poder desarrollar este examen. El líder tiene que enfocarlo desde un punto de vista positivo, donde el objetivo fundamental sea el beneficio del colaborador y su continuo crecimiento profesional.

El análisis D.A.F.O. se asienta sobre dos pilares:

• Análisis interno del colaborador.
• Análisis externo del entorno del colaborador.

El líder tiene que trabajar ambos aspectos con el profesional. En el interno, abordarán las debilidades y fortalezas del colaborador y en el externo, las amenazas y las oportunidades para investigar el entorno organizativo y descubrir cómo éste puede afectarle.

El mejor camino hacia el éxito pasa por conocerse a uno mismo desde una perspectiva lo más objetiva posible. Ahí es fundamental el apoyo externo del líder.

Un modelo para trabajar el D.A.F.O. podría seguir esta línea:


Como réplica al análisis D.A.F.O. existe el análisis C.A.M.E. (Corregir, Afrontar, Mantener, Explotar) Es fundamental destacar que como líder-coach, el directivo debe trabajar sobre un plan de acción con su colaborador para corregir sus puntos débiles y potenciar los potentes. Por eso el análisis C.A.M.E. es fundamental.

El análisis C.A.M.E. consiste en:

• Corregir las Debilidades.
• Afrontar las Amenazas.
• Mantener las Fortalezas.
• Explotar las Oportunidades.

Reflexionando con directivos sobre D.A.F.O. realizados con sus colaboradores destacan la importancia de ayudarles a destapar sus puntos ciegos desde una perspectiva asertiva.

Los directivos destacan como puntos débiles más destacados en sus colaboradores:

• Una desmedida ambición por el éxito asociado al reconocimiento social.
• Objetivos poco realistas.
• Sacrificio desmedido y sin mesura.
• Malestar por no poder controlar las opiniones ajenas.
• Gran peso de la influencia externa.
• Preocupación por la perfección extrema.
• Baja autoestima y autoconfianza.

Respecto a este último punto, es fundamental para un profesional que quiere alcanzar el éxito tener confianza en sí mismo, y ahí el líder tiene que dedicar una especial dedicación.

La autoconfianza es el sentimiento de aceptación y aprecio hacia uno mismo. ¿Por qué es importante trabajar la confianza? Porque los profesionales que no tienen autoconfianza:

• Se enjuician negativamente de forma permanente. Ese juicio negativo provoca una falta de satisfacción constante. Gallway, en su libro “El juego interior del tenis” habla de ese “yo interior” que todo deportista posee. Es un “yo interior” negativo que enjuicia cada una de sus acciones impidiéndole mejorar, esto puede trasladarse al mundo organizacional.
• Se autocastigan en demasía cuando el error realmente no ha sido importante. Sobredimensionan el error.
• Se imponen objetivos no realistas. Buscan la perfección y si no la consiguen se desmoralizan.
• Dudan continuamente ante su desempeño por miedo a equivocarse.
• Socialmente desarrollan un comportamiento pasivo o agresivo. La asertividad no forma parte de sus herramientas de comunicación y relación.
• Les aterra ser rechazados por el equipo, la organización, el jefe y el resto de las personas si su desempeño tiene impacto social.
• No cumplen con sus objetivos profesionales, como consecuencia de los puntos anteriores.
Por otro lado, las personas que tienen autoconfianza:
• Conocen tanto sus puntos fuertes como los débiles, potenciando los primeros y corrigiendo los segundos.
• Se ponen metas bien definidas y trabajan incansablemente para conseguirlas.
• Son tenaces y buscan conseguir sus objetivos profesionales.
• Se sobreponen rápidamente a los fracasos y los errores y sacan las conclusiones oportunas para aprender de ellos.
• Estimulan su creatividad.
• No buscan continuamente la valoración y la aprobación del equipo, organización, el jefe o el resto de la empresa.
• No tienen problemas de relación con el resto de las personas.
• Muestran sus sentimientos y emociones libremente.
• Son asertivos para defender sus opiniones, inclusive si van en contra de la de otras personas.
• No tienen el sentimiento de culpabilidad constante sino que intentan aprender de forma permanente.

El líder puede potenciar la confianza trabajando los siguientes aspectos:

• Valorando a su colaborador por lo que es y no sólo por lo que profesionalmente es capaz de hacer.
• Reconociendo los logros que vaya teniendo aunque sean pequeños, ya que cuantas más experiencias positivas vaya acumulando mayor será su autoconfianza.
• Impulsando las mejores competencias del colaborador que pueden ayudarle en su desempeño.
• Fomentando una actitud positiva y aprender de los fracasos como una oportunidad de mejora. Mejorarlos de forma conjunta.
• Trabajando su diálogo interno (recordemos a Gallway) para que no verbalice negativamente sus sentimientos sino de forma positiva.
• Incorporando la técnica de la visualización.
• Definiendo los objetivos siguiendo los criterios M.A.R.T.E. para contribuir a su motivación y no a su desánimo.
• Dejando que asuman más responsabilidades.
• Desarrollando el sentido del humor y dando la importancia al problema de acuerdo con su magnitud.

Una de las mejores recomendaciones que el líder  puede hacer a su colaborador para favorecer su autoconfianza, siguiendo las líneas marcadas por la psicología positiva, es pedirle que elabore una lista “motivadora”. En ella apuntará todo lo que le gusta de sí mismo, de su vida, de su trabajo como profesional, etc. y que, además, no quiere variar. Es una forma estupenda para reconocer las cosas valiosas e importantes que ya tiene, y a partir de ahí seguir trabajando.

El iceberg de Mc Clelland muestra cuatro aspectos ocultos pero que es necesario trabajar para el propio autoconocimiento. A recordar:

• El rol social.
• La imagen de sí mismo.
• Los rasgos.
• Las motivaciones.

Sería interesante que el líder profundizara en los siguientes aspectos:

• ¿Qué creencias condicionan su comportamiento?
• ¿Qué mensajes internos se lanza cuando está desempeñando su trabajo?
• ¿De qué manera se comporta dentro del equipo?
• ¿Por qué alimenta este tipo de comportamiento?
• ¿Es ese su comportamiento habitual?
• ¿En qué valores se asienta su relación con su líder?
• ¿Cuáles son las motivaciones que llevan a querer conseguir el éxito?
• ¿Cómo suele actuar generalmente?
• ¿Cómo piensa que le ven los demás?
• ¿Cómo le gustaría que le vieran?
• ¿Cómo no le gustaría que le vieran?


martes, 9 de julio de 2013

Empatía (Sexta Competencia del Directivo Líder- Coach).

Como coach, una de las áreas de mejora que más nos plantean los directivos en sus procesos de coaching es la relación que generan con su gente.

Es necesario que los responsables de personas entiendan cómo se relacionan con sus equipos, si lo hacen de forma empática o prejuzgando, ya que esto influye en los resultados y en todo el proceso de trabajo en general.

Analizo, por lo tanto, esta competencia desde el lado intrapersonal (relación consigo mismo) dando un enfoque alternativo. El líder debe autoevaluarse en este sentido. Para poder ser un verdadero líder debe relacionarse de forma empática con cada uno de los miembros de su equipo. En este sentido, puede indagar en por qué reacciona de forma negativa frente a determinados hechos, comportamientos o personas. Un coach es un refuerzo excelente para trabajar estas emociones negativas, que se generan en el subconsciente del directivo, y ayudarle a no formular conclusiones prematuras sobre un colaborador, apoyadas en percepciones o informaciones incompletas o sesgadas. Las relaciones entre el líder y el profesional deben ser un lienzo en blanco desde el que construir una relación basada en el conocimiento sin enjuiciamiento por parte de ambos.
 
El directivo líder-coach se preocupa por comprender los sentimientos y puntos de vista de los colaboradores y se interesa por conocer sus desvelos, inquietudes o preocupaciones. Su meta es poder ayudar a los profesionales a conseguir sus objetivos profesionales en base al conocimiento de sus necesidades y sentimientos. Para este trabajo es imprescindible desarrollar la empatía:

La empatía sirve para:

• Ayudar a hablar fácilmente de cuestiones importantes sobre el rendimiento hasta llegar a temas personales.
• Hacer que el profesional se sienta comprendido y aceptado por el propio líder y el equipo.
• Reducir las malas interpretaciones.
• Motivar el aprendizaje.
• Permitir comprender a los colaboradores.
• Permitir una mejor comunicación líder-colaborador.
• Crear un ambiente de trabajo más agradable.
• Elevar el nivel de confianza.

Es interesante destacar que en los equipos existe multitud de personalidades diferentes y que hacer una buena gestión de ellas es también competencia del directivo. Es fundamental la empatía desde el punto de vista del equipo para conseguir los éxitos colectivos. El líder debe fomentar la cohesión y buenas relaciones del grupo, ya que esto está, como es obvio, relacionado con el éxito.
En este sentido, volvemos a enfocar la empatía desde un punto de vista interpersonal (relación con los demás) como lo hemos estado haciendo en el resto de las competencias.
 
Algunas claves para introducir la empatía:
 
Goleman, en su “Inteligencia Emocional”, habla de la importancia de la empatía (a diferenciar de pseudoempatía) ya que cuando una pareja de personas empatizan ocurre un proceso imitativo, que se asemeja a una especie de tango emocional biológico que recibe el nombre de “entrainment” o arrastre. 

Hay dos errores en los que no deben incurrir los líderes en sus relaciones con sus equipos. Uno de ellos consiste en confundir la empatía con la psicologización (dando su propio diagnóstico) y el otro supone erróneamente que el hecho de empatizar con sus colaboradores consiste en estar de acuerdo con ellos.

martes, 25 de junio de 2013

Capacidad de influencia y persuasión (Quinta Competencia del Directivo-Coach).

Los directivos que poseen esta competencia consiguen movilizar emocionalmente a su equipo como consecuencia de:
• Su ejemplo y poder.
• Su pasión por el trabajo y sus objetivos.
• Su entusiasmo por superar a un equipo competidor.


CLAVES PARA INFLUIR POSITIVAMENTE

1. Obtener la confianza de su colaborador. A través de la sinceridad y de su ejemplo personal. Cuando un líder se ha ganado el respeto en su profesión, sus colaboradores tienden a escucharlo y respetarlo y, aunque puedan estar o no de acuerdo, le otorgan credibilidad a lo que está diciendo o haciendo. Está claro que la experticia crea un sentimiento de confianza y legitima la autoridad.

2. Ser empático. El líder debe ponerse en la piel de sus colaboradores para poder comprender qué desean y por qué hacen las cosas de una determinada manera. Sólo así podrá, en caso de que fuera necesario, motivar un cambio de comportamiento.

3. Elegir los argumentos adecuados. Se acaba de decir que el líder debe ser empático como clave de la persuasión. De esta manera, podrá elegir los argumentos más propicios e impactantes para cada colaborador. De nada sirve la generalización porque cada persona es un mundo que responde ante estímulos diferentes y a partir de ahí, el líder debe repetir el argumento al profesional de forma constante y permanente.

4. Motivar en base al propio interés del profesional y al reconocimiento de sus puntos fuertes. Cuando el líder elogia a un colaborador está poniendo en valor su talento, haciéndolo público. Como consecuencia de esto, generalmente, el colaborador se sentirá apreciado por su responsable y más perceptivo a sus palabras.

5. Tener confianza en uno mismo. Se ha dicho que el líder tiene que establecer una relación de confianza con su gente, pero es obvio que si no tiene autoconfianza, generarla hacia los demás resulta tremendamente dificultoso. Sería interesante que el líder se autoaplicará los principios que más adelante con otro post se formularán para desarrollar esta competencia.

6. Apelar tanto al lado racional como emocional de los colaboradores.  A casi todo el mundo se le convence en base a argumentos racionales pero es sumamente interesante apoyar cada argumentación con argumentos emocionales. “Tocar” el lado emocional del colaborador y aprender a manejar esta dualidad. Unir la lógica y el sentimiento.


miércoles, 12 de junio de 2013

Comunicación (Cuarta Competencia del Directivo-Coach).

Fundamental es que un líder desarrolle esta capacidad. Como en cualquier otro tipo de relación profesional hay que estimular una buena comunicación entre el líder y sus colaboradores.
El líder debe transferir la información a su colaborador de la manera más idónea para su comprensión (recordemos nuevamente a Kolb) en el momento adecuado y sin perder de vista el objetivo que se quiere conseguir con el profesional.

Pero el líder no sólo debe comunicarse de forma adecuada con sus colaboradores, sino también con los dirigentes de la organización para que comprendan su proyecto para que sean aliados y no detractores que puedan mermar la motivación del profesional y del equipo.

Se parte de axiomas fundamentales inherentes a cualquier comunicación:

• La comunicación debe tener carácter individual para obtener mejores resultados.
• Se deben buscar los puntos en común para favorecer la escucha.
• Evitar los prejuicios.
• Valorar la integridad de todos los miembros de la comunicación.
• Evitar agresiones y discusiones innecesarias prolongadas en el tiempo.

Para ello es fundamental trabajar sobre las herramientas de comunicación y perfeccionar su destreza:

• Transmitir el mensaje adecuado.
• Practicar la escucha activa.
• Realizar preguntas para obtener más información y comprender al otro.
• Prestar especial cuidado a la comunicación no verbal.

Por tanto, la valoración del rendimiento del colaborador y del cumplimiento de sus objetivos se realiza por medio de la comunicación. De igual modo, genera el feedback indispensable para el profesional respecto al cumplimiento de sus obligaciones.

Facilitar feedback tiene como objetivo fundamental informarle sobre la apreciación que tiene el líder de su rendimiento en relación con los objetivos que previamente tenía diseñados. El objetivo es conseguir una mejora continua. De esta afirmación se deduce que el líder tendrá que hacer frente a dos tipos de feedback, positivo y/o negativo. Si el colaborador cumple con sus objetivos el feedback será positivo, en caso contrario, en caso de incumplimiento, el feedback será negativo. Resulta obvio señalar que para cualquier deportista profesional resulta más agradable recibir elogios que críticas ante el trabajo realizado. De la forma en la que el líder lo realice dependerá que el colaborador lo entienda como un factor de crecimiento, superación y evolución. La evaluación sobre actuaciones generalistas, ambiguas, poco concretas y sin pautas futuras de actuación no genera un proceso de aprendizaje a diferencia de las evaluaciones concretas, definidas, precisas, adecuadas y motivadoras. Es en esta línea de actuación por donde el directivo debe avanzar en su feedback.

METODOLOGÍA DEL FEEDBACK
1. Elegir el instante adecuado. Debe realizarse en un momento donde el líder posea control emocional para hacer de esta situación un motivo de crecimiento y no de recriminación.  Es importante destacar en este punto que el feedback debe realizarse lo más cercano posible a la consecución o no del objetivo. Si se trata de dar feedback a un profesional en concreto y no al equipo es importante destacar que debe realizarse de forma individual.
2. Averiguar la posición del profesional ante su rendimiento. Una herramienta que todo coach utiliza en sus procesos de coaching es la pregunta, ya que facilita información y hace al coachee (cliente) reflexionar sobre su posicionamiento. Esto puede utilizarse por parte del líder, ya que puede pedir al colaborador que realice una auto-evaluación de su rendimiento sacando a la luz los aspectos a mejorar sin que suene a reproche, ya que los ha mencionado el propio profesional.
3. Ser concreto, directo, claro y descriptivo. El líder no se debe caer en generalizaciones. Ha de evaluar en el profesional hechos concretos, ocurridos en un momento preciso y con unos efectos determinados, y evaluar cómo éstos han apoyado o dificultado conseguir los objetivos.
4. Cerciorarse de la comprensión del feedback y prestar posterior apoyo. Es muy importante que el colaborador le devuelva al líder el contenido de esa retroalimentación y cómo se ha sentido, para que el líder pueda aclarar, corregir o completar aspectos que lo necesitaran para que el feedback sea completo. Por otro lado, el líder debe preguntar a sus colaboradores cómo puede ayudarles a afianzar los logros obtenidos hasta ese momento y cómo conseguir mejorar.

Uno de los elementos más importantes de la impartición de feedback por parte del directivo conlleva el respeto como líder otorgado por sus colaboradores, ya que si no ha generado un ambiente de respeto y confianza no se conseguirá la meta que se anhela con todo proceso de retroalimentación: un mayor rendimiento profesional.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Resolución de conflictos (Tercera Competencia del Directivo Líder.Coach).

 En cada jornada laboral se presenta para el líder infinidad de asuntos y problemas sobre los que tiene que tomar decisiones.  El primer paso, parte de la capacidad de análisis del líder para examinarlos, el segundo, del talento para valorarlos y por último, de la aptitud para tomar la decisión más adecuada.
Si esto no es suficientemente complicado, en la mayor parte de las ocasiones, frecuentemente hay otras informaciones y datos no implicados directamente en el trabajo pero que hay que tomar en consideración. Hay que evaluar desde la globalidad y hacer un ejercicio de compilación de información para llegar a la toma de decisiones más válida.

El líder debe realizar la planificación para la consecución de los objetivos del profesional  teniendo presente el axioma anterior. Debe elaborar su plan de acción donde cada cierto tiempo, previamente acordado, se hará una valoración de los resultados y tras la revisión, si fuera necesario, preparar nuevas estrategias de actuación.

El directivo  trabaja las cinco áreas fundamentales del liderazgo: establece objetivos, proporciona dirección, estructura a su equipo, dirige el trabajo y maneja las relaciones interpersonales.

Dentro de este último bloque de liderazgo, la resolución de conflictos se establece como eje principal, ya que es algo natural y consustancial al ser humano. Los profesionales están sometidos a una gran presión y generan un gran nivel de estrés que en determinados momentos puede mermar su rendimiento y relaciones con el resto de su equipo: organización, compañeros y jefe. Por lo tanto, el líder tiene que trabajar sobre su capacidad para intercambiar información de forma clara, precisa, efectiva y eficiente, debatiendo las ideas planteadas y buscando nuevas estrategias con sus colaboradores, manteniendo los objetivos de trabajo como elemento fundamental, pero buscando llegar a acuerdos ventajosos.

Este modelo podría ser de utilidad al directivo para valorar el conflicto y su resolución desde una perspectiva global y encaminada al éxito:


Ante un conflicto, un líder no debe entrar en suposiciones, sino conseguir la información adecuada que lleve a su resolución, preguntando:




El objetivo es obtener toda la información posible. A partir de ahí, seleccionar los datos más relevantes. El líder tiene que escuchar las ideas opuestas y profundizar en ellas, reafirmar la confianza en las personas, integrar informaciones y razonamientos diversos y buscar una solución común que responda a los diferentes puntos de vista.

El líder tiene que tener un gran autocontrol y retardar sus opiniones, que éstas sean más serenas y meditadas. Su objetivo es buscar la solución negociada en un conflicto, no provocar otros nuevos. El reto del líder en la gestión de conflictos es dar importancia a reflexionar conjuntamente con sus colaboradores, ya que esto les ayuda a entender el punto de vista del otro y éste es el camino más fácil hacia su resolución.

Como directivo-coach puede tomar “la herramienta de la pregunta” y guiar al profesional a que reflexione sobre las siguientes cuestiones, en caso de que el conflicto vaya asociado al sentimiento de la ira, la rabia o la cólera:

• ¿La persona con la que está enfadado es la correcta?
• ¿Tiene motivo su enfado?
• ¿Le está dando su justa importancia?
• ¿Está expresando su enfado de la manera adecuada?
• ¿Quiere mantener este estado emocional?
• ¿Qué va a hacer para cambiarlo?

jueves, 23 de mayo de 2013

Trabajo en equipo (Segunda Competencia del Directivo- Coach)

Desde esta competencia, el líder brinda el apoyo necesario a sus colaboradores y a todo su equipo para conseguir los objetivos compartidos.

Los líderes provistos de esta capacidad:

• Responden a las necesidades o dudas de su equipo.
• Ayudan a solucionar sus problemas y buscar el equilibrio entre su parte profesional y personal, a veces sumamente complicado.
• Comunican sus proyectos y planes compartiendo información.
• Consiguen un clima de trabajo propicio a la entrega y la mejora.
• Buscan, de igual modo, el feedback que le puedan dar sus colaboradores para su propio progreso profesional y personal.

La meta es conseguir el respeto mutuo, apertura de las diversas perspectivas, empatía y como fin principal, la confianza.

Trabajar en equipo significa, para el directivo líder-coach, fomentar el desarrollo de sus colaboradores a nivel individual y a nivel de equipo, aprovechar las oportunidades que brindan los diferentes tipos de personas y entender la sinergía como una fuente de crecimiento y motivación.

En el desarrollo de esta competencia el directivo debe:

• Crear actitudes de trabajo positivas y proactivas.
• Establecer un tándem de trabajo con cada uno de sus deportivas y con todo el equipo.
• Definir una meta de trabajo clara y aceptada por todos, donde cada uno de los miembros tiene clara su aportación.
• Dar feedback constructivo de forma constante y asentar el desarrollo del equipo sobre la base de una correcta comunicación y motivación.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Liderazgo de alto rendimiento (Primera Competencia del Directivo- Coach)

 Un directivo que pretende desarrollar profesionales de alto nivel o equipos de alto rendimiento trabaja sobre los objetivos de sus colaboradores tanto de forma individual como dentro del equipo, intentando aumentar sus expectativas. Confía en el potencial de su gente y siempre tiene la voluntad de ayudar y hablar continuamente con ellos para conseguirlos.

Este paradigma de líder tiene la facultad de:

• Crear relaciones de confianza con su equipo.
• Practicar la escucha atenta y activa.
• Dar un adecuado feedback para mejorar ante los retos no logrados, sin minar la motivación.
• Felicitar por los éxitos.
• Trazar nuevas vías para seguir prosperando.

Este tipo de líder genera un clima de trabajo que aplaude la excelencia apoyándose en la disciplina, en la mejora continua y en el propio ejemplo que como profesional transmite. Nadie conoce al colaborador o al equipo mejor que él: sus intereses, sus conflictos, expectativas y motivaciones. Es su labor buscar la satisfacción y mejora continua de sus colaboradores para caminar hacia la excelencia.
El reto de todo directivo es que sus colaboradores saquen lo mejor de sí mismos y lleguen a conseguir grandes logros profesionales. Para esto es importante reflexionar con ellos sobre:

• Qué hacen.
• Cómo lo hacen.
• Qué y cómo lo quieren hacer a partir de ahora.

Su responsabilidad es favorecer un ambiente positivo, creativo y constructivo de trabajo. Para conseguirlo es interesante realizar un autoanálisis conjunto de la situación actual con el fin de definir qué y cómo avanzar desde ahora hacia el futuro.

De esta manera, se favorece la mejora del equipo de trabajo en:

• La comunicación.
• La motivación.
• La visión compartida de futuro.
• La implicación necesaria para conseguir objetivos y resultados comunes.

Se potencia, asimismo, la detección y búsqueda conjunta de aspectos de mejora continua en cualquiera de los factores que puedan afectar a la consolidación de un equipo compacto y unido entre sí y su líder. En definitiva, la meta es conseguir una estructura interna compacta y eficaz.

Se decía anteriormente que el reto del líder es conseguir el éxito a través del desarrollo completo del colaborador. Trabajar en cómo realizar su trabajo y qué mejoras sería interesante introducir para continuar prosperando en su desempeño. Es innegable, en este aspecto, la labor pedagógica asociada a todo líder y por tanto es interesante poner a su disposición el siguiente gráfico basado en los “Estilos de Aprendizaje de Kolb” para refrescar el modelo de aprendizaje individual y que de esta manera pueda servirle a la hora de trabajar con sus equipos:



Basado en el “Estilo de Aprendizaje de Kolb” y “Competencias de Mc Clelland”

A través de este modelo se analiza la manera de aprendizaje del trabajador y cómo afronta las diferentes situaciones a las que se enfrenta diariamente en su trabajo. Consecuencia de cómo el profesional aprende se puede extrapolar, según Kolb, cómo resuelve sus problemas, cómo afronta situaciones nuevas, experiencias y sus objetivos, así como el rol que desempeñará como miembro de un equipo.

Kolb cruza los cuatro estadios del ciclo del aprendizaje: experiencia concreta, observación reflexiva, conceptualización abstracta y experimentación activa para dar como resultado cuatro tipos de estilo de aprendizaje: adaptador, divergente, convergente y asimilador:

• Adaptador: mezcla la experiencia concreta y la experiencia activa. Esta tipología describe personas orientadas al liderazgo y al trabajo por objetivos. A ejecutar tareas, asumir riesgos y buscar nuevas oportunidades.
• Divergente: mezcla la experiencia concreta y la observación reflexiva. Esta tipología describe personas imaginativas, empáticas y con capacidad de resolver problemas desde una perspectiva global.
• Convergente: mezcla la conceptualización abstracta y la experimentación activa. Esta tipología describe personas orientadas a la toma de decisiones, a desarrollar formas alternativas de pensamiento, a experimentar con nuevas ideas y a elegir buenas soluciones.
• Asimilador: mezcla la conceptualización abstracta y la observación reflexiva. Esta tipología describe personas orientadas a la planificación, a la lógica y a no tomar decisiones aceleradas.

Lo interesante y útil para el líder, del planteamiento de Kolb, es que unos colaboradores aprenderán de la experiencia, otros a través de sus procesos internos de pensamiento, otros a través de la observación y de la escucha y los restantes a través de los sentimientos.

El líder debe poner de manifiesto su capacidad de observación para detectar la tipología de sus entrenados y enfocar en consecuencia su sistema pedagógico.

Retomando, nuevamente, la esencia de la competencia de liderazgo de alto rendimiento, he pretendido elaborar una breve guía para el líder, que pretendo sirva de ayuda, para la fase de establecimiento de los objetivos profesionales:
 
HOJA DE RUTA DE OBJETIVOS

• Establecer y definir los objetivos del profesional.
• Comprobar que los deportistas asumen los objetivos como M.A.R.T.E.:
 Motivadores.
 Alcanzables.
 Retadores.
 Medibles.
 Específicos.
• Dar Feedback y conseguir la aceptación de los colaboradores sobre sus objetivos.
• Adecuar las recompensas a las expectativas de los colaboradores.
• Facilitar las herramientas para su consecución (formación técnica, táctica, apoyo personal, psicológico y coaching).
• Realizar el seguimiento de los objetivos.
• Elaborar un método de evaluación para poder valorarlos.
• Consolidar los logros utilizando las recompensas valoradas por cada uno.

sábado, 4 de mayo de 2013

Competencias a desarrollar por un directivo líder coach

Un buen líder debe analizar cuáles son sus responsabilidades y qué habilidades posee que pueden ayudarle conseguir sus objetivos o crearle obstáculos en su ejecución del trabajo. Es fundamental analizar el modo en que el directivo se relaciona con los demás y consigo mismo. El propósito desde este post es apoyar la labor del líder, para conseguir esta meta, desarrollando en él un estilo de liderazgo apoyado por el coaching.

Desde el marco del coaching, nos apoyaremos en la inteligencia emocional (capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos) y la experiencia personal en el desarrollo directivo para plantear una serie de competencias (entendiendo éstas como conductas ideales que se presuponen necesarias para el desempeño efectivo) a desarrollar por un directivo cuya meta es ser un líder- coach.

En 1990, dos psicólogos norteamericanos, el Dr. Peter Salovey y el Dr. John Mayer, acuñaron  el término inteligencia emocional. Su posterior difusión mundial pertenece al periodista Daniel Goleman, con su libro ‘La Inteligencia Emocional’ (Kairos,1996).
 
El planteamiento de este post es hacer una particular adaptación de las competencias que se plantean en la inteligencia emocional complementándolas con la experiencia que como coaches de ejecutivos he desarrollado con probado éxito y garantía.

Bien es cierto que la inteligencia emocional habla de la forma de entender tanto los sentimientos propios como ajenos para fomentar relaciones más positivas. Nuestro objetivo es abordar las competencias interpersonales y poner el foco de atención en cómo el líder gestiona las emociones de sus colaboradores y cómo puede abordarlas para ser un líder efectivo. Entendemos de esta manera el concepto de inteligencia como la sensibilidad para trabajar con personas.

En primer lugar, se abordará las competencias clave para liderar equipos, centrándonos en lo que comúnmente se denomina habilidades directivas y la empatía. Estas aptitudes hacen referencia al talento del directivo para relacionarse con el resto de los miembros de su organización y equipo, así como al conocimiento y manejo de los sentimientos, deseos e inquietudes de éstos.

Este primer cuadro representa en dos bloques las competencias que se desarrollarán más profundamente a lo largo de los siguientes post:
 
 

lunes, 29 de abril de 2013

El rol del directivo como líder-coach

De entre todas las áreas oscuras y confusas en psicología social, la del liderazgo lucha indudablemente por alcanzar el primer puesto. E, irónicamente, probablemente sea el liderazgo, más que cualquier otro tópico en ciencias sociales, el tema del que más se ha escrito, pero sobre el que menos se conoce...
(Bennis)
Sea usted mismo, incluso con sus defectos. No pretenda representar ningún papel, no finja: sea usted mismo…un poquito mejorado pero manteniendo su identidad…
(J.A. Vallejo-Nájera)
 

El coaching es una potente herramienta que genera un fuerte impulso para la mejora del rendimiento empresarial como fin último. Está plenamente enfocado a la acción eficaz y a optimizar el rendimiento con logros reales. Promueve una acción sostenida en el tiempo y orientada a conseguir un resultado sobresaliente en las áreas de trabajo que se plantean en las sesiones de coaching, y que se traduce en una fuente de motivación para seguir avanzando en el proceso.

¿Sería posible trasladar las herramientas que utiliza un coach en su sesión, donde se consiguen todos los beneficios mencionados, al día a día del desarrollo profesional del líder para conseguir esos mismos beneficios con sus colaboradores? Sí, rotundamente. Es interesante destacar que el coaching está enfocado a mejorar la productividad y el rendimiento. Para alcanzar esto, el líder que actúe como un coach trabajará sobre el conocimiento, la competencia y la psicología tanto propia como de su colaborador. El coaching se ocupa de perfeccionar algo que puede funcionar mucho mejor, o lo que es lo mismo, de sacar el potencial que el coachee o cliente lleva dentro. Se basa en la búsqueda de soluciones, en la acción para la obtención de resultados.

Si se analiza la figura de un líder que actúe como un coach, una de las primeras observaciones que se aprecian son que gestiona su liderazgo a través de su propio desempeño; que canaliza tanto los buenos como los malos momentos y por encima de todo, que hace una óptima gestión de su propia persona. Este modelo de directivo posee una visión del trabajo desde una perspectiva triunfadora y holística; potencia el talento, tanto individual como del equipo, con la responsabilidad de hacerlo crecer; entrena en habilidades tanto sociales como psicológicas de manera continua, sin perder de vista que su objetivo, a través de ello, es conseguir el mejor rendimiento. Para el líder con esta filosofía el fin principal es realizar un seguimiento constante de sus colaboradores asegurándose que la mejora de competencias, aptitudes, actitudes y comportamiento ético del grupo, se convierta en un hábito integrado para aplicarlo tanto en el presente como a largo plazo.

Un líder con habilidades de líder-coach, motiva a cada uno de los miembros de su equipo y desarrolla a sus colaboradores como personas y como profesionales de alto nivel. Trabaja sobre la autoestima de su gente, elabora planes de acción personalizados y concretos para cada uno de ellos, revisa siempre los resultados alcanzados e introduce las mejoras apropiadas para que la permanencia en la élite organizacional se mantenga firme.
 
Es innegable la influencia que el líder ejerce sobre sus colaboradores así como al resto del entorno organizacional donde se encuadra. En este sentido, se toma la figura del directivo como líder, como modelo a seguir y guía para los propios colaboradores, resto de compañeros o su empresa.
El directivo es un experto en su ámbito de actuación pero un líder-coach debería trabajar sobre otros aspectos consustanciales al liderazgo. Un líder debe alimentar en su equipo la aspiración de superarse y mejorar constantemente, además de trabajar en el desarrollo competencial en el trabajo y el logro de sus objetivos. Un líder debe escuchar, motivar y fijar objetivos, así como las limitaciones y los premios que percibirán por lograrlos.

Indudablemente, la labor de un directivo es compleja y a veces, no lo suficientemente reconocida por la organización o sus propios colaboradores. El coaching no pretende incrementar este nivel de complejidad sino enriquecer la figura del líder para que consiga un mayor rendimiento tanto en su trabajo personal como en el trabajo con sus equipos.

Un líder que desarrolla las habilidades de un líder-coach potencia los siguientes aspectos para un mayor rendimiento de sus colaboradores:
  • Informa sobre la visión y misión de la organización y del equipo. 
  • Genera en el trabajador nuevas expectativas que supongan mayores retos y por lo tanto, la posibilidad de incrementar su rendimiento. Estimula al colaborador para que adquiera competencias clave para el desarrollo más efectivo de su carrera profesional. 
  • Recomienda las mejores tácticas de trabajo. Ayuda a reconocer al trabajador sus puntos fuertes y débiles y facilita el desarrollo y el feedback (retroalimentación) necesarios. El objetivo es generar un proceso de enseñanza y aprendizaje.
  • Identifica con el profesional las situaciones conflictivas o delicadas y cómo gestionarlas para superarlas de la forma más efectiva. Motiva a los colaboradores para que generen soluciones alternativas ante los problemas.
  • Ayuda a que el profesional reafirme su identidad, genere sentimientos de propia competencia y confianza, y canalice de forma adecuada aquellas reacciones emocionales que puedan mermar su rendimiento.
  • Crea hábitos de trabajo que provoquen el mantenimiento y consolidación de lo aprendido. El objetivo es fomentar un comportamiento duradero.
  • Evalúa y realiza un seguimiento de lo aprendido de forma conjunta en el plan de acción de su colaborador.
  • El objetivo principal es lograr un sentimiento de satisfacción integral en el profesional.
Para lograrlo el líder- coach deberá aprender a desarrollar nuevas habilidades a través de su propio proceso de coaching para indistintamente:
  • Comunicarse de forma efectiva y generar impacto e influencia.
  • Establecer las mejores formas de relación positiva con sus colaboradores.
  • Ser asertivo y empático.
  • Diseñar objetivos de forma correcta en base a criterios que se engloban en el acrónimo M.A.R.T.E. (Medibles, Alcanzables, Retadores, con Tiempo limitado y Específicos)
  • Gestionar su tiempo.
  • Trabajar en equipo.
  • Saber escuchar.
  • Formular las preguntas adecuadas.
  • Generar ideas.
  • Dar ejemplo con su conocimiento y con su ejercicio de la autoridad.
  • Ser capaz de dar retroalimentación y hacer críticas constructivas.

La actuación de este tipo de directivos, reflexionando, está orientada a trabajar el crecimiento de sus colaboradores; a escuchar; a trabajar en un plan de acción retador con las vías de trabajo adecuadas; a crear relaciones positivas; a hacer preguntas empáticas y adecuadas para entender la realidad de su gente; a aportar feedback honesto y directo; a trabajar las potencialidades del profesional y a animarle a su propio conocimiento; a dar herramientas como experto y ofrecer soluciones a problemas, y finalmente, a retar y estimular al equipo.

sábado, 27 de abril de 2013

Comportamiento organizacional

A lo largo del siglo XXI se ha incrementado el interés por describir, predecir, explicar y controlar el comportamiento humano en el trabajo. Enfatizar en el análisis del comportamiento es fundamental para lograr un mayor beneficio organizacional y autores como Stephen Robbins así lo preconizan. Los individuos, los grupos y estructuras impactan en la conducta intra organizacional y analizar esto redundaría en un mayor conocimiento y  mejora de la eficacia dentro de la empresa.

Desde hace algunos años el comportamiento organizacional se ha convertido en un campo de estudio acotando su actuación a tres agentes concretos: individuos, grupos y organización. Su interés radica en aplicar el conocimiento obtenido sobre esos tres elementos en la conducta organizacional con el objetivo de conseguir un mejor funcionamiento en las compañías y de crear un lugar de trabajo más humano que redunde en ambientes de trabajo más productivos.

La conducta podría pronosticarse, dejando a un lado a la intuición, acertadamente si se realizara un estudio sistemático del comportamiento. Un estudio que aborde las relaciones para imputar causas y efectos sobre la conducta y obtener resultados a través de valores más científicos. En definitiva, reunir datos en un entorno controlado para que puedan ser medidos e interpretados de forma suficientemente precisa y por ende, valiosa para la compañía.

Dentro del análisis del comportamiento organizacional se incluirían aspectos tan relevantes como la estructura, el compromiso, la cultura y el clima corporativo, vinculado a esto, la motivación, la comunicación, el liderazgo, el poder, el trabajo en equipo y los procesos de cambio. Cada uno de estos aspectos se asocia para su estudio a los tres agentes anteriormente mencionados: el individual, el grupal y el organizacional. Esto es elemental para poder plantear conclusiones acertadas.

Conclusiones, como se avanzaba, sobre la conducta (que es susceptible de observación y por tanto, de una posible cuantificación) sobre las actitudes (inclinaciones de comportamiento de los individuos) y los valores (el aspecto más impreciso y que muestra la disposición de la conducta). La dificultad radica en averiguar el gap entre lo que se dice y se hace y más complicado se vuelve cuando entran en juego el poder de las jerarquías estructurales y la cultura que suele indicar la pauta de comportamiento comúnmente aceptada. La finalidad del comportamiento organizacional es ayudar a la eficiencia organizacional.

El comportamiento organizacional se apoya, buscando el rigor científico, en varias especialidades conductuales: en el área del análisis individual o microanálisis, se apoya en la psicología y en el área de procesos de grupos y organización, en el mix de disciplinas como son la ciencia política, la sociología, la psicología social y la antropología. Y como estas ciencias, y con el apoyo que le brindan, busca describir, entender, predecir y controlar todos los fenómenos del entorno organizacional. Describir cómo se comportan los trabajadores en condiciones diferentes para crear un código de lenguaje común que permita entender dicho comportamiento. Entender por qué las personas se comportan como lo hacen y averiguar las razones ocultas para buscar explicaciones. Predecir el comportamiento futuro de los empleados para saber qué trabajadores serán productivos y cuales no para emprender acciones preventivas. Controlar, en la medida que se pueda, la actividad humana en el trabajo para mejorar los resultados.

Se puede decir que  trabajar sobre el comportamiento organizacional es muy interesante ya que ayuda tanto a los líderes como a los empleados, a los primeros para motivar y apoyar a sus colaboradores para que desarrollen su trabajo y cumplan con las metas asignadas y a los segundos para poder tener éxito en su vida laboral.

viernes, 12 de abril de 2013

¡ Quiero ese empleo!

Una gran afirmación, pero que muchas veces no se sustenta en nuestra actitud. ¿Eres consciente de lo que realmente quieres lograr? Conseguir un empleo es importante para ti, sin embargo ¿te concentras en cómo llegar a él? ¿Eres verdaderamente consciente de las diferenciaciones y de las limitaciones con las que cuentas? ¿Has logrado entrevistas satisfactorias en este último tiempo o siempre te falta o te sobra algo?

Todos sabemos que buscar trabajo es realmente un trabajo. No obstante, son pocos los que viven este proceso con absoluta conciencia. Lo primero que hacemos es especular “me he postulado a varios avisos que están a mi altura e incluso, a algunos otros que están por debajo de mis capacidades, seguro me llamarán” “Hice contacto con un par de colegas que seguramente me recomendarán con gusto para algún puesto” “He trabajado tanto y todo el tiempo que un par de meses de tranquilidad no me vendrán nada mal”.

Claro que luego de estas especulaciones, pasa el tiempo y si no ha pasado nada entramos en pánico, en el envío masivo, descontrolado y hasta absurdo de nuestro CV a avisos que nada tienen que ver con nuestras aspiraciones ¿te ha pasado? Pues bien, para que no vuelva a ocurrir, es hora de ponerte manos a la obra, de perseguir y lograr lo que quieres con conciencia, con coherencia y con sentido común. Aunque si eres un/a conformista, puedes quedarte aquí y no continuar leyendo…

FÍJATE UN OBJETIVO, ANALÍZALO Y COMPROMÉTETE.

La búsqueda de empleo es un proceso activo que requiere, no sólo conocer las técnicas de reclutamiento y selección de personal y su preparación ante ellas, sino también una preparación personal y psicológica que nos fortalezca durante la duración completa del ciclo. Lo más importante, es tomar conciencia de que para conseguir un empleo hay que hacer algo. Hacer algo implica el desarrollo de un plan que genere acciones que nos centren en el camino hacia el éxito y guíen nuestros pasos. ¿Cómo?

Como bien sabemos, el coaching es acción y para que se produzca un cambio, es necesario desarrollar un plan de acción en función al objetivo definido, que debe ser: Medible, Alcanzable, Relevante, Temporal y Específico.


Un proceso de coaching debe comenzar definiendo los objetivos qué se quieren alcanzar. Pero claro, no siempre resulta sencillo que las personas pueden materializar de forma concreta qué quieren y qué necesitan para lograrlo. Aquí es dónde la figura del coach es fundamental para ayudar, facilitar y guiar el proceso completo del coachee. En esta labor conjunta (entre coach y coachee), se trabaja a través de preguntas que ayudan a clarificar/despejar conceptos poco claros, como por ejemplo:

¿Qué quieres conseguir a corto, medio y a largo plazo?

¿Cuándo quieres conseguirlo?

¿Hasta qué punto supone para ti, un reto personal/profesional?

¿Es un objetivo medible?

¿Es un objetivo alcanzable?

¿Cómo vas a alcanzarlo?

¿Qué pasos intermedios tendrías que diseñar para acercarte al deseo?

¿Por qué es importante conseguir este objetivo?

En ocasiones, uno tiene claro que su deseo tras hacerse estas preguntas, es conseguir un empleo, pero se halla sumido en una nebulosa que no le deja ver más allá, no es capaz de responder a las otras preguntas formuladas con anterioridad, no es capaz de concretar con profundidad el objetivo.

La realidad tiene muchas caras. El coaching ayuda a identificar esas caras distintas. Lo que permitirá que el coachee se encuentre facultado para:

Ser capaz de observar su situación desde distintos ángulos.

Ser fiel a la realidad. Evitar las falsas elucubraciones, creadas a partir de construcciones irreales.

Permitir que pueda elaborar un mayor número de opciones para obtener el mejor provecho de las acciones que va a emprender.

¿QUÉ TIENES? ¿QUÉ QUIERES? ¿QUÉ NO TIENES? ¿QUÉ NO QUIERES?

A menudo, y volviendo a esas falsas elucubraciones que mencionábamos con anterioridad, fantaseamos con empleos a los que sabemos que no podemos acceder, por lo menos con las herramientas que tenemos al día de hoy. A través del coaching, y para definir más estratégicamente el plan de acción, se cruzarán las variables según:

El cruce entre lo que sí quieres y lo que sí tienes: tiene que reflejar de la manera más concreta posible las cosas que se desean a nivel laboral y además las cosas con las que cuenta para mantenerlas.

El cruce entre lo que no quieres y sí tienes: debe plasmar las cosas que no deseas pero que lamentablemente sí tienes.

El cruce entre lo que sí quieres y no tienes: debería anotar las cosas a nivel profesional que deseas y que por el contrario no tienes. Claramente este recuadro es el que puede dotarle de más información a la hora de trazar su objetivo.

El cruce de las variables no quieres y no tienes: esta puntualización sirve para ver reflejadas las cosas de las que tiene que alejarse en su camino y que sólo servirán para retrasarle en sus metas profesionales.

Establecer estas congruencias, permitirá que cada uno se asuma en sus capacidades reales (positivas y negativas) y conozca además aquellas que son potencialmente asequibles para conseguir su objetivo.

Mucho es el trabajo por delante, pero vale la pena, cuando todo se vuelve certero y tangible, así nos lo afirma María José Alaminos, coach, consultora y formadora.
Por otra parte, nos indica que preguntarnos y repreguntarnos está en nuestra esencia y nos ayuda a desvelar muchas realidades necesarias para el autoconocimiento y en ello, tomar conciencia en cuánto a lo que nos favorece o nos frena en este proceso de búsqueda de empleo (o en cualquier otro proceso personal y/o profesional).
Publicado en: http://namagazine.es/2013/03/03/quiero-ese-empleo/
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